El fin de semana estuve en una fiesta en un ático y vino una rubia escultural.

Una de esas que son muy altas y muy rubias.

Le hablé, y me dijo…

 

“Soy alemana”.

“Tengo mi propia empresa”.

“Llevo 7 años en Barcelona”.

Después se tomó un par de copas y se soltó un poquito más.

Al rato empezamos a hablar sobre hombres y mujeres, y la alemana escultural, que mide solo un poquito menos que yo, dijo algo que no creo que sorprenda a nadie.

Dijo…

 

“Me gusta que un hombre sea más alto que yo”.

“Me hace sentir segura”.

“Siento que un hombre más alto me podrá proteger”.

 

Bueno…

Cuando le dije que un bajito-cachas que sepa boxear también la puede proteger, tanto la alemana como las demás mujeres estuvieron todas de acuerdo.

 

Si, es verdad….

Pero sabes que….

No es lo mismo.

No es lo mismo, yo quiero que sea más alto.

Si no, sería raro.

 

Como soy más alto que la mayoría de mujeres, en sí me tendría que dar igual.

Pero bueno, se me ocurrió preguntar a la rubia si había visto “Huevos de oro”.

Una película española.

Como no la había visto, le conté sobre que iba en términos generales.

Mira…

“Huevos de oro” es una película en la que Javier Bardem interpreta a un tío cuyo sueño es construir un rascacielos.

Es un Trump español.

Y además de constructor, también es un seductor que tiene las cosas muy claras.

Sabe exactamente lo que le pone.

Lo que le pone son las mujeres que pesan entre 45 y 47 kilos.

Para su físico, para su estructura y sobre todo, para sus “movimientos”, el peso ideal de una mujer TIENE que ser entre 45 y 47 kilos.

Si pesa MÁS, pues no la puede “dominar” ni “mover” de la manera que le gusta.

Esto fue lo que más o menos conté a la alemana.

Igual añadí un algún detalle más.

Pues nada.

La alemana se puso roja como un tomate y dijo…

 

¿Y…
POR QUÉ…
nos cuentas eso?

 

Pues lo cuento para hacer la siguiente pregunta.

A ver…

Si una mujer puede decir a un hombre que prefiere los hombres más altos que ella, que te parece si un hombre preguntara a una mujer…

¿cuánto pesas?

Pues tanto la alemana como las demás mujeres, todas delgadas mediterráneas , se pusieron a gritar.

 

¡NOOO!

….

¡ESO NO SE PUEDE PREGUNTAR!

¡ESO ES SEXISTA!

¡EL PESO NO TIENE QUE IMPORTAR!

¡ESO NO SE PREGUNTA!

 

Pues no veas como se pusieron.

Casi se ponen de acuerdo en intentar tirarme del ático.

¿Y qué?

A ver, esto te lo cuento para decir que me encanta esa desigualdad.

Me encanta esa doble moral.

Escucha.

Por un lado vale que un hombre sea juzgado por su altura, algo que no puede controlar ni influenciar, pero por otro lado no vale que una mujer sea juzgada por su peso, algo que si puede subir y bajar.

¿Jodido no?

Pues, me encanta es desigualdad.

Me encanta porque detrás de la desigualdad hay un pecado.

El pecado de ser un vago.

El pecado de soñar y no actuar

El pecado de no concentrarse.

Y alguno más.

Bueno…¿relación con el marketing online?

Pues, una manera de ser más alto que los demás, y ser injustamente atractivo, es muy simple.

En vez de escribir un email a la semana, o un email cada dos semanas, lo que hay que hacer es escribir un email diario.

Cada día.

Eso es lo equivalente de medir 1.87 cuando los demás hombres miden 1.60.

¿Cómo hacerlo?

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