Ayer estaba en la terraza de Sozopol mirando el Mar Negro y me acordé de un anuncio muy viejo.

A ver, en Bulgaria en verano la bebida más popular después de la cerveza es la…

“Mastika”.

La “Mastika” es un anís griego de 45 grados que se suele tomar a secas o mezclando con licor de menta.

En Grecia el típico bebedor de Mastika es un hombre que se parece a Zorba.

Un machote griego con el pecho peludo y una camisa blanca toda abierta.

Un crack.

Un seductor.

Un chulo de playa.

A mi la “Mastika” no me gusta tanto porque tiene un sabor parecido al regaliz.

Pero bueno.

Cuando era niño salió una campaña en todas las autopistas anunciando un nuevo sabor veraniego Mastika llamado…”Mastika Sandía”.

¿Cómo fue la campaña?

Pues fue la bomba.

A ver.

Supongo que copywriters fueron a un chiringuito con una caja de 24 botellas de “Mastika Sandía”, se pidieron un kilo de carne asado por cabeza, se fumaron 200 cigarrillos marca “Davidoff”, se tomaron las 24 botellas y se fueron de juerga con 5 prepago operadas.

Tipo Lolo Ferrari.

Mira.

¿El primer paso de la campaña?

Primero contrataron a una belleza búlgara, un filetito morocho que parece cantante turbo-folclor con una buena pareja de “sandías” jugosas y redondas.

Una chica con un parecido a la cantante Preslava.

Una tía que lleva lolas del tamaño 42C.

¿El segundo paso?

Contrataron a una costurera para que le haga un bikini con estampado de sandía.

¿El tercer paso?

Fueron a una playa bonita del Mar Negro, colocaron la belleza al lado de una sombrilla blanca marca “Mastika”, y le dijeron que mire sensualmente hacia la cámara.

Ojo.

Una cosa que tienen las búlgaras y otras mujer del este, es la mirada.

Tienen una mirada pícara (100 % anti-feminista) que transmite…



“Quiero ser dominada pero tú no eres
macho suficiente para dominarme”



¿El cuarto paso?

Le dieron una sandía de verdad y le dijeron que la sostenga justo en frente de la parte baja del bikini.

Para que tape justo o que las mujeres no enseñan cuando van a la playa.

No me voy a explayar.

O lo pillas o eres asexual total.

¿Y ya está?

Pues no.

Aquí es donde realmente se nota el genio de los copywriters búlgaros.

A ver.

Esto es algo que me toca explicar a los que no suelen comprar ni comer mucha sandía.

Escucha.

Un verdurero búlgaro, para vender una sandía, la suele tocar “toc, toc, toc”, para mostrar que es de buena calidad.

Pero, si realmente la quiere vender , saca un cuchillo y hace tres cortes en forma de “V” en la sandía, saca un trozo y se lo deja al comprador potencial para que la pruebe.

¡Dulce!
¡Fresco!
¡Buen precio!

Ese es el proceso habitual.

El verdurero solo la hace si realmente está seguro de que la sandía está buena.

¿Y?

Pues nada.

Así fue la sandía que le dieron a aquel modelito jugoso.

Como te puedes imaginar, si quitas el trozo y te lo comes, lo que queda en la sandía es una “V” con el color rojo de sandía.

Una V de pulpo rojo.

Algo realmente jugoso.

Algo realmente deseable.

Algo que realmente provoca mucho morbo.

Ahora imagínate…

Eres búlgaro.
Por fin toca vacaciones.
No tienes dinero para irte a Marbella.

Te vas al Mar Negro en coche.
Hace un calor de cojones.
Tu mujer está al lado.

Vas a 140 por la autopista
Tu mujer se queja.
Los niños gritan.

El aire no va.
Te están adelantando coches a 160.
Estás sudando.

De repente ves un anuncio de 5 metros cuadrados.
Sale la playa.
Sale una mujer guapísima medio en pelotas.

Está bronceada.
Se parece a la cantante calientapollas Preslava.
Tiene un par de sandías jugosas envueltas en un bikini estampado de sandía.

Te fijas en la sandía.

Ves que hay una “V” de pulpo rojo oscuro justo enfrente de su tesoro más valioso.

Sus ojos dicen… “¿A qué soy más buena que la sosa de tu mujer?”

Tu mujer lo nota y se enfada.


¡Estás mirando el chimi-churri de aquel putón del cartel!


La ignoras y te fijas en el lema de aquella campaña que dice…



“Ha llegado la temporada de las sandías”

 

Fin del anuncio.

Ahora… ¿te entra ganas de pedir una Mastika Sandía?

Pues no sé.

Igual si.

Pero, después de ver ese mega-cartel 20 veces antes de llegar al Mar Negro, lo más probable es que el tema sobre la “Mastika Sandía” haya salido como tema de conversación.

Fijo.

Ahora… ¿vendieron más Mastika Sandía gracias esa campaña?

Pues ni idea.

Ni puta idea.

Pero, lo que si tengo 100 % claro es que el sexo vende.

Mucho.

Pero, hay que saber cómo hacerlo.

Y, eso es lo que enseño en gran detalle en el curso de 3 meses.

Para saber más…

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