“Si te encuentras al Buda, mata al Buda”

-Siddharta Gautama


Vamos a ver lo que pasa con un cerebro después de estar un tiempo en el mundo de los “budas de los embudos”.

A ver.

Lo de abajo es email que recibí de una suscriptora de mi curso de 3 meses, “El hombre que engaña a las suecas y vende con email”.

Me escribe esto…

 

***

“Te robo un par de minutos para hacerte una consultilla sobre el curso. Lo compré, estoy preparando los correos y me gustaría conocer tu opinión sobre una cosa.

Vendo servicios y estoy terminando de preparar un infoproducto.

“estoy preparando los correos y me gustaría conocer tu opinión sobre una cosa. Vendo servicios, y estoy terminando de preparar un infoproducto. Entonces, mi duda es la siguiente:

¿Usarías los correos para vender el infoproducto, para vender los servicios o alternarías -mediante embudos de venta, por ejemplo- para vender lo uno y luego lo otro? ¿O alternarías a lo loco, unos días intentando vender una cosa y otro día otra?”

***

 

¿Vender los servicios?

¿Alternarías mediante embudos de venta?

¿Alternarías a lo loco?

Pues no sé.

La pregunta en sí me hipnotiza.

Me deja medio bobo y se nota que esta es seguidora se ha rapado la cabeza, se ha puesta una bata naranja y se ha “embudizado”.

Se ha hecho embudista.

A ver…

Esta fascinación por los embudos, por cantar hare-krishna y buscar “el nirvana”, la verdad, no hace falta.

En realidad, vender online puede ser fácil.

¿Cómo hacerlo?

Pues….

Primero… escribe un email.

Segundo… mándalo a tu lista.

Tercero… haz lo mismo el día siguiente.

Todo empieza escribiendo el email.

Pero no cualquier email.

Debe ser…

… un email que la gente quiera leer.

… un email que deje a los suscriptores con ganas de leer más.

… un email que provoquen ganas de compra.

Hacer esto cada día, es el principio.

¿Los embudos?

¿Los mega-embudos?

¿Los súper-mega-embudos?

Eso es otra cosa.

La esencia, el comienzo, está en el email.

La suscriptora compró el curso, me envió sus “embudo-preguntas” pero nunca mandó los tres correos para que la ayudara a mejorarlos.

No lo hizo.

Supongo que aún estará pensando en cómo complicarse la vida con otro embudo en vez de hacer lo que es simple.

Mira…

Obsesionar con los embudos, en vez de escribir email a la lista, es como si Cristóbal Colón, en vez de embarcar a La Santa María para llegar a la India, se quedaría en casa pensando en qué tipo de zapatos se va a comprar para la fiesta de regreso.

¿De cuero?

¿De cuero de Venecia?

¿De cuero de Uruguay?

¿Con cordón?

¿Sin cordón?

¿Air Jordan?

¿Air Max?

Hacer eso es pensar demasiado.

Es vivir en la nubes en vez de en la realidad.

Bueno, si te gusta lo simple, y quieres aprender cómo monetizar una lista…

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