Hace unas semanas leí una noticia sobre una mujer que se ha ganado mi aprecio por haber engañado a muchísima gente.

Hablo de Marie Kondo, la japuka que te enseña cómo tener un hogar bien ordenado empezando con una sola pregunta.

Tienes que coger un trasto, mirarlo y preguntarte…

¿Este trasto de los cojones, que me regaló la subnormal de mi cuñada, me hace feliz o me hace infeliz?
 
 
Si no te hace feliz, pues se va a la mierda.

El reloj de tu abuelo – a la mierda.

La mesa de tu tía – a la mierda.

Las botas de cowboy que nunca te pones – a la mierda

La japuka, que parece que no haya roto un plato en su vida, vendió un montón de libros e incluso tiene su chou en netflix donde ayuda a familias de gitanos en limpiar sus casas.

Es un programa creado para gente que sufren de insomnio.

¿Y?

Pues nada.

Después de haber logrado que la gente tire todo tipo de mierda inútil a la calle, la japonesita, que es más plana que una tabla de surf, tiene una nueva idea sobre cómo mejorar la vida de sus clientes.

La tipa ha… ¡abierto una tienda online!

En su catálogo se pueden ver productos como….

una botella de agua purificador por… 100 dólares

una bolsa de tela para guardar flores por… 40 dólares

un jarro de cristal (que puedes comprar en el chino) por… 45 dólares.

un cepillo para limpiar el ordenador por… 30 dólares.

un guante de seda para recoger la caca del perro por… 60 dólares.

Es una crack.
 
Primero convence a la gente en echar todos sus trastos de mierda a calle, y luego les vende unos nuevos trastos “Made in China”, a precio de oro.
 
Parece fácil pero no lo es.
 
A ver, ser japuka y vender productos para el hogar es como ser pakistaní y vender cursos de yoga.

O como ser napolitano y vender pizzas y pastas.

O como ser argentino y vender cursos de cómo superar una crisis financiera.

O como ser peruano y vender talleres de ayahuasca.

La plebe, solo con echarte un ojo, automáticamente se autoconvence en que era un experto en el campo y te dan todo lo que pides.

Sin preguntas.

Sin dudas.

Pagan y ya está.
 
Pues eso es un secuestro mental.

¿Otra manera de secuestrar mentalmente a la gente?
Suscríbete a la lista

 

 

Al suscribirte recibirás emails diarios con ofertas de Nicolás Reyes y te puedes dar te baja en cualquier momento.